Cuando el crepúsculo del día se acerca, te observo salir del remoto callejón escondido en un extremo de la gran ciudad. Tu aspecto es misterioso, extraordinario; vas caminando por esa calle invadida de gente que al parecer nunca registraste, vas en tu mundo lleno de tu música. Jamás te vi saludar a alguien, jamás te vi mirar.
Llamás la atención de todos los mediocres que te rodean, se ríen, se burlan, comentan… pero a pesar de todo, al pasar transformás la atmosfera en algo inexplicable que se va apagando a medida que te alejás.
Parece no importarte nada de lo que pasa fuera de tu cabeza, de tu mundo. Estás adentro de una burbuja que te inmuniza contra la contaminación del alma, el corazón, la mente.
Se te nota que sos feliz con vos misma, Reina de la Oscuridad.
Llamás la atención de todos los mediocres que te rodean, se ríen, se burlan, comentan… pero a pesar de todo, al pasar transformás la atmosfera en algo inexplicable que se va apagando a medida que te alejás.
Parece no importarte nada de lo que pasa fuera de tu cabeza, de tu mundo. Estás adentro de una burbuja que te inmuniza contra la contaminación del alma, el corazón, la mente.
Se te nota que sos feliz con vos misma, Reina de la Oscuridad.
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